SU WEN




De la Verdad Celestial de los Tiempos Antiguos (fragmento)


En los tiempos antiguos, el Emperador Amarillo nació con talentos divinos, era buen orador en su infancia, con una comprensión rápida y perfecta en la adolescencia, y desarrolló modales educados y buen carácter en su juventud, y finalmente se convirtió en emperador cuando se hizo mayor.

El Emperador Amarillo preguntó al profesor celestial: He oído que la gente de los tiempos antiguos vivía durante ciento veinte años sin que aparecieran síntomas de debilidad en sus movimientos, pero hoy en día la gente está debilitada en sus movimientos a edades inferiores a los sesenta años. ¿Se debe esto a un cambio en los entornos naturales, o es culpa del hombre?

Chi-Po contestó: Los antiguos, que conocían la manera adecuada de vivir, siguieron el modelo del Yin y del Yang, que es el modelo permanente del Cielo y la Tierra, permanecieron en armonía con los símbolos numéricos que son los grandes principios de la vida humana, comieron y bebieron con moderación y sin excesos o abusos. Por este motivo, sus mentes y sus cuerpos permanecieron en perfecta armonía entre ellos y, consecuentemente, pudieron vivir entera la duración natural de su vida y morir a la edad de más de ciento veinte años.

Por otra parte, hoy en día la gente es bastante diferente, porque se intoxica de manera exorbitante, sustituye una vida normal por una vida de abuso, tiene relaciones sexuales estando intoxicada, agota su energía pura a través de la satisfacción de sus deseos, desperdicia su energía auténtica por medio de una destrucción prolongada y descuidada, no consigue retener su energía en abundancia y conservar permanentemente sus espíritus, se precipitan hacia la satisfacción de su corazón de forma contraria a la verdadera felicidad de la vida, vive su vida diaria siguiendo un modelo irregular.
Esa es la razón por la que solamente puede vivir la mitad de la duración de su vida.

La enseñanza del antiguo sabio daba a entender que uno debía evitar constantemente las energías perversas deficientes y el viento debilitante, que uno debía vivir una vida tranquila con pocos deseos a fin de poder conservar la  energía auténtica de sus espíritus internos que son las armas efectivas para salir al paso del ataque de la enfermedad.
Consecuentemente, uno debería ser capaz de mantener una actitud tolerante con pocos deseos, para mantener una mente pacífica sin temor, para trabajar duro sin fatiga, mantener una circulación tranquila de la energía, satisfacer sus deseos de forma natural, y obtener satisfacción de todas sus necesidades.


En los tiempos antiguos había hombres verdaderos que podían distinguir las energías importantes, emprender ejercicios de respiración de energía pura, conservar sus espíritus con gran cuidado, mantener sus músculos tan fuertes como siempre. La longevidad de dichos hombres verdaderos puede sobrepasar la del Cielo y la de la Tierra porque sus vidas parecían sin fin…
En la antigüedad media vivieron hombres esenciales que se esforzaron en dominar el Tao por medio de sus virtudes puras y honestas, de forma que pudieran permanecer en armonía con el Yin y el Yang, ajustarse a las cuatro estaciones, mantenerse aparte del mundo y las costumbres, acumular su energía pura y perfeccionar sus espíritus, viajar ente el Cielo y la Tierra, ver cosas y oír sonidos de lugares lejanos en las ocho direcciones. Tales cosas contribuyen a la longevidad y a la fortaleza, y, al igual que los hombres verdaderos, se dedicaron al Tao.
Posteriormente, hubo sabios que consiguieron vivir en armonía con el Cielo y la Tierra, ajustarse a las tendencias de los ocho alientos satisfacer sus deseos moderados en medio mundano, no tener cabida para la ira en su mente, actuar como si formaran parte del medio mundano, llevar ropas corrientes. Sin embargo, los sabios se comportaron de manera diferente al resto del entorno mundano; en cambio, no trabajaron en exceso, ni ejercitaron demasiado el pensamiento, hicieron de las diversiones sencillas su tarea y de la autosatisfacción sus éxitos, con el resultado de que sus cuerpos no quedaron agotados y sus espíritus no se disiparon, de forma que pudieron vivir más de ciento veinte años.

Después hubo hombres virtuosos que sacaron partido a los principios del Cielo y la Tierra, sacaron sus principios vitales del amanecer y del anochecer, de la luna creciente y menguante, de las disposiciones de las estrellas, de las contradicciones y la armonía del Yin y del Yang, de la diferenciación entre las cuatro estaciones, esforzándose por llegar a los principios de la vida que están en armonía con sus ancestros de los tiempos antiguos. Y de ese modo, pudieron vivir todo el tiempo posible.    



(El Emperador amarillo, también conocido en Occidente por su nombre chino Huang Di, es una de las figuras más importantes de la mitología china. Huangdi —uno de los Cinco Emperadores— reinó, según la tradición, desde el 2698 al 2598 a. C.). 



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 © Prof. Isabel Hernández

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